15 de julio de 2014

CARRERA NOCTURNA DE MATALASCAÑAS

II edición de esta prueba espectacular por las imágenes que ofrece a espectadores y participantes. Catorce kilómetros a pie de playa, entre dunas y océano, cubriendo la distancia que separa cuesta Maneli de la conocida roca de Matalascañas.

Los corredores se afanan por tratar de adelantarse al anochecer, la mayor parte de ellos asistidos por luces frontales, otros dejándose llevar bajo el influjo de la luna llena.

Ocho correcaminos participaron en esta edición: Antononio Domínguez, Alberto, Aurelio, Iván, Roque, Fonsi, Noni y Carlos Crespo.

Excelente el rendimiento de los dos primeros. Antonio clasificó en novena posición (tercero en categoría veteranos C) de una prueba liderada por el triatleta sevillano Samer. Alberto por su parte, pudo escalar hasta el décimo noveno lugar de la clasificación y un magnífico quinto puesto en categoría senior.

"Pude reconocer las voces de ánimo entre el público cuando afrontaba el agónico sprint final. Carrera muy dura, más de lo esperado.

Los kilómetros no llegaban y el zigzaguear buscando la mejor orilla los alargaba aún más. Salí bien, delante, trás el grupo cabecero de Samer. Puse mi ritmo y, como suele ser habitual ya en mi, a partir del km 2 me quedé en tierra de nadie; se me escapó poco a poco un cuarteto bueno y por detrás otro cuarteto intentaba darme caza. Pasaban los kms, muy largos y, a pesar de que mentalmente no estaba muy fuerte, ver que los de delante no se me iban y los de detrás no me cogían me daba ánimos y me hacía ver que el ritmo era bueno.

Hacía el km 10 por fin me dieron caza 3 corredores. Pude seguirlos (menos a uno que se fue en solitario tras cazarme) y fue a partir de ahí cuando mejor me encontré. A <rueda> fue más fácil afrontar los peores kms y conseguimos cazar a uno de los que me precedía. Ya apenas sin luz y sin ver muy bien donde pisábamos vimos los arcos de meta y nos tiramos, mi compañero y yo, a por ellos.


Saqué unos metros y entré en la zona blanda final de meta. A la vez que escuchaba ánimos al llegar también oía '¡vamos que lo coges!'. Yo sabía que eran para el que me seguía, porque al de delante era imposible darle caza. ¡Qué sprint más agónico!, al 110% por orgullo y por guardar la posición. 


Llegué literalmente muerto, incluso olvidé parar el crono. El único pensamiento era el de 'el año que viene no vengo ni de coña, porque, ¿qué necesidad tengo yo de hacer esto?'. Pero bueno,cuando te duchas, empiezas a hablar con los demás, empiezas a ver que has hecho una gran carrera... el año que viene volveré. Me he quedado a las puertas del podio (13") y eso me da ánimos para seguir entrenando fuerte."


Alberto


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