NOCTURNA
ENTORNO DE LA RÁBIDA
Ante la
buena aceptación que tuvo la primera edición de esta carrera
conmemorativa de la construcción del muelle de las carabelas el
pasado año y, fruto de la insistencia de muchos corredores para que
tuviera continuidad, lo que en principio nació como una prueba
puntual, este sábado volvía a iluminar el convento de La Rábida,
el muelle y esas tres maravillas navales.
Esta vez
me acompañó Paco, quien decidió probar ante los múltiples
parabienes que, quienes tuvimos la ocasión de disfrutar en ese
entorno de luz en plena noche, lanzábamos a todo aquel que se
interesaba. De nuevo, día lluvioso, con una elevada humedad y un
centenar y medio de atletas de todas las categorías.
La
carrera salió algo más rápida que la primera edición, con un
grupito de ocho atletas que poco a poco iría menguando. Por detrás,
la serpiente de corredores, cada cual a su ritmo. Al paso por el
primer kilómetro la carrera se estabiliza antes de organizarse de
manera definitiva con las dos exigentes subidas al convento, que
termina por colocar a los más fuertes y abandonar a su suerte a
aquellos que, aún teniendo buen ritmo, carecen de fuerza en las
piernas.
Por mi
parte, el ritmo fue muy bueno en todo momento, regular, prácticamente
doblando en sendos giros y encabezando un grupeto de corredores del
que poco a poco fueron descolgándose unidades. Sensaciones
magníficas que esta vez vinieron acompañadas de una gran
clasificación. Décimo clasificado de la general y tercero senior.
Paco,
por su parte, sudó lo suyo e hizo entrada en mitad de pelotón.
VÍCTOR
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