6 de junio de 2010

XXIII Carrera Popular Hoz del Huécar

Vuelve la inspirada pluma de nuestro compañero José Cepeda para deleitarnos con su última aventura

Aprovechando los días de vacaciones y satisfaciendo mi inquietud por conocer la carrera y la ciudad, el pasado fín de semana me desplacé a Cuenca para correr la XXIII Carrera Popular Hoz del Huécar, una de las más prestigiosas pruebas de cuantas se celebran en Castilla- La Mancha.

El trazado de la carrera es muy duro y a su vez muy hermoso. Con 15 kilómetros de recorrido, la salida tiene lugar desde la Calle Carretería, en pleno centro de esta preciosa ciudad.

El primer kilómetro es totalmente llano y discurre por el casco urbano. Una vez sobrepasado este punto hay una ligera subidita para salir de la ciudad y adentrarse en un espacio natural maravilloso conocido como la Hoz del Río Huecar. Es increíble contemplar desde la carretera la belleza de las casas colgantes, cuya arquitectura guarda una asombrosa armonía con las formaciones geológicas, a modo de grandes cañones o acantilados, que se han ido modelando a través de miles (o millones) de años. En este tramo y hasta el kilómetro 6 la tendencia es a la suave bajada, escuchando el susurro del Huécar a través de un espectacular bosque de galería.

A partir de este punto comienza lo más duro de la prueba y donde un servidor tuvo que parar y caminar varias veces debido a las molestias que arrastraba en isquiotibiales y gemelos, unido además a que en esta época del año me encuentro con casi 4 kilos de más y no muy rodado. Volviendo a la prueba, decir que ahora la tendencia es a la subida, con algunas rampas de inclinación considerables durante unos 3 kilómetros. Eso sí, las vistas espectaculares que ofrece la Hoz en la subida compensan con creces el esfuerzo y el dolor. A esto hay que unir que, a pesar de que no fué un día excesivamente caluroso, en plena ascensión una fina lluvia nos sorprendió durante más de un cuarto de hora, lo que más de uno agradecimos.

A partir del kilómetro 9 se suceden las subidas y bajadas de forma suave para, una vez pasado el kilómetro 11, entrar nuevamente en la Cuenca por la parte más alta de la ciudad: El barrio del Castillo. Aquí se encuentran la Catedral, el Ayuntamiento y una gran cantidad de edificios tanto públicos como religiosos pertenecientes a las más diversas épocas (Gótico, Renacimiento, Barroco...). Ahora hay una drástica bajada de casi 3 kilómetros, en los que hay que ir con cuidado para no resbalar con los adoquines y afrontar el último kilómetro en llano hasta la meta situada en la Plaza de España. El tiempo, 1 hora y 19 minutos, es lo de menos porque ya digo que no estoy bien ni en forma ni físicamente.

Felicitar al Club de Atletismo Cuenca y a todos los voluntarios por la magnífica organización (todas las atenciones les parecieron pocas). Magnífica bolsa del corredor, con camiseta y gorra técnicas, botella de vino y aceite de la tierra y avituallamiento. En mi mente, el deseo de repetir en próximas ediciones.

Os adjunto unas fotos con el gran Luismi Martín Berlanas (ex- campeón de España y de Europa de 3000 obstáculos) quién se mostró encantado de posar conmigo junto a la camiseta del club, así como las de un servidor delante de la fachada del Ayuntamiento de Cuenca y junto a la línea de meta.

Por último, comentaros un pensamiento: Qué bonito es España... y qué bonito es conocer sus rincones practicando la carrera a pie. Un saludo





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